En ocasión del Día de Acción Global por la Despenalización y Legalización del Aborto en América Latina y el Caribe, el Movimiento Feminista de Nicaragua denuncia la sistemática violación de los derechos sexuales y reproductivos en nuestro país, incluyendo el derecho a elegir una maternidad deseada, segura y realizada en condiciones confortables.
En Nicaragua, cada año miles de niñas y adolescentes enfrentan embarazos producto de la violencia, la discriminación y la pobreza a que han sido condenadas por un Estado que, pese a su retórica socialista, durante los últimos 15 años ha dado continuidad y profundizado una economía neoliberal que perpetúa las enormes brechas de desigualdad.
El Estado nicaragüense lejos de desarrollar políticas públicas de educación sexual integral, prevención de la violencia machista y mejora de los servicios públicos de salud sexual y reproductiva, ha promovido la naturalización de embarazos y maternidades forzadas de niñas y adolescentes, presentándolo como un "rasgo de la
cultura nicaragüense", en abierta violación de tratados internacionales que establecen compromisos claros para la protección de sus derechos.
El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo no solo penalizó el aborto de manera absoluta, sino que, esconde información sobre el impacto que ello tiene sobre la vida de las niñas, adolescentes y mujeres que enfrentan embarazos de alto riesgo. La censura impuesta, alcanza al personal de salud, familias de las víctimas y medios de comunicación bajo su control.
La absoluta subordinación del Poder Judicial al régimen Ortega Murillo, ha impedido que los múltiples recursos por inconstitucionalidad interpuestos por organizaciones de la sociedad civil en demanda de la restitución del aborto terapéutico no hayan sido respondidos.
De manera sistemática el régimen Ortega Murillo se ha negado a responder a los llamados que diferentes comités de derechos humanos del Sistema de Naciones Unidas han hecho para revisar las leyes que penalizan el aborto de manera absoluta, con el fin de proteger la vida de las mujeres y las niñas.
Frente a una realidad tan adversa que coloca al Estado de Nicaragua entre el reducido grupo de países que vulneran derechos fundamentales de las niñas y las mujeres, las feministas nicaragüenses continuaremos defendiendo este y todos los derechos que hemos conquistado y a los cuales no estamos dispuestas a renunciar.